02-11-03 IRON MAIDEN + GAMMA RAY - Madrid (Palacio de Vista Alegre) 

UNA NOCHE INOLVIDABLE

GAMMA RAY

            ¿Cómo formar un Gran Cartel, con sólo 2 grupos? Pues, sencillamente poniendo dos Grandes. Y si son dos de los más grandes, mejor que mejor.

            Hasta aquí la teoría, pues lo cierto es que algo si se podía mejorar: Dándole un poco más de tiempo a un telonero, que por otra parte ya soportaba la "condena" de actuar sin decoración (solamente un gran telón con el nombre en forma de Logo), menos volumen en el sonido (aunque curiosamente mejor calidad) y todavía con gente haciendo una larga cola en la taquilla.

            Gamma Ray presentaba una actuación basada en su última aportación discográfica ‘Skeletons In The Closet’, grabado en directo a finales de 2002, pero consecuentemente acortado y rebozado con otros temas bastante más conocidos

            Aunque desgraciadamente, y por problemas de tráfico (entrada a Madrid en domingo por la tarde), nos perdimos parte de la actuación,, los temas con los que habían comenzado el concierto fueron: La intro "Welcome" ("única" concesión a los discos más antiguos de Gamma), "Gardens Of The Sinner", coincidiendo con la apertura de la última grabación, "New World Order" (según me dijeron, porque el día anterior en Barcelona en este momento parece que tocaron "The Heart Of The Unicorn") y "Rebellion In Dreamland", que fue la primera aportación al set-list de canciones no procedentes de disco mencionado.

            Ya sonando "Land Of the Free", entrábamos al recinto, pudiendo comprobar que no todo el mundo había tenido nuestro problema, pues el acceso al albero estaba colapsado y tuvimos que buscar posición en la grada. Ya habían comenzado el siguiente tema del repertorio de esta noche "Send Me A Sign", otro tema novedoso respecto a otros conciertos realizados durante este tour, y pudimos apreciar a un público que estaba volcado con la banda, coreando el estribillo con toda su fuerza. Un público que, sino abarrotaba el Palacio de Vista Alegre, sí que lo cubría casi totalmente. Habría cerca de 10.000 almas, que poco a poco seguían aumentando hasta la actuación de Maiden.

            Kai Hansen, junto a los otros dos componentes de a pie Dirk Schlanchter (guitarra) y Henjo Richter (bajo), sin más compañía que los amplificadores y monitores, recorrían el reducido escenario que les habían dejado, dándole al respetable el "grano" de una actuación en Directo, o sea: Música; con unos asimismo mermados juegos de luces como único efecto visual.

            Para compensar un poco todo ello, durante el siguiente tema "Heavy Metal Universe", Kai instó al público a que participase en la canción, realizando varios "parones" en la misma para provocar la aportación de los seguidores y alargándolo ostensiblemente (hubiera entrado casi un tema más, pero así se pudo dar un "baño de fans").

            Como despedida, un clásico, "I Want Out", de la primera etapa de HELLOWEEN, que sustituye al que venían haciendo anteriormente "Victim Of Fate". Y unos lanzamientos de guitarra hacia el cielo por parte de un contento Hansen, puso punto y final a esta segunda visita a España durante el 2003 (la anterior fue en un poco ruidoso Torres-Rock en Jaén, allá por mayo, y en donde el Batería Dan Zimmerman hacía doblete con su otra gran banda: Freedom Call)

            En definitiva, un concierto intenso, con un repertorio casi exclusivo de tres álbumes (Land Of The Free, Powerplant y No World Order), pero que se hizo corto, sobre todo a nosotros. Por otro lado, reconozco que sigo idolatrando a Kai Hansen como el mejor compositor Heavy de los dos últimos siglos.

            Un Saludo para los sufridores del viaje: Antonio, Enrique, Verónica y José Manuel.

            ¡Es sólo una opinión!¡
            live's life

Diego

IRON MAIDEN

            - Sábado, 12 de Julio de 2003, Villarrobledo. "November Madrid", eran las palabras que pronunciaba Dickinson y que presagiaban otra gran noche de Heavy Metal. Noviembre llegó y, como debía ser, realizamos el esfuerzo necesario (unos más que otros) para asistir al colosal concierto que pudimos presenciar.

            Con puntualidad británica (esta vez sí) se apagan las luces y comienza a sonar "Doctor, Doctor" de UFO, lo cual nos prepara para el comienzo. Abajo el telón y cae la primera descarga de la noche "Wildest Dream" apareciendo en primer lugar, David Murray y, tras el resto de guitarras, aparece de forma trepidante Harris a situarse en su lado, con un continuo movimiento de un extremo a otro del escenario, levantando a los fans, y un Bruce arrasador, protagonizando saltos acrobáticos para delirio de los asistentes.

            El escenario constituido, como siempre, en forma de "U" invertida, y por dos niveles para protagonismo de Bruce, simulando de forma muy lograda un castillo con dos torres, custodiado por sendas damas de la guadaña, y en el centro, donde estaba la enorme puerta, iban apareciendo paulatinamente telones con los Eddies correspondientes a cada uno de los temas anteriores al Dance Of Death, éstos tenían una puesta en escena especial. Todo espectacularmente iluminado por dos líneas de focos y dos rombos asimétricos, en el centro, que nos ofrecieron unos juegos de luces, que nos destacaron momentos de elevada creatividad.

            Sin tregua "Wrathchild" removió a la parroquia que nos agrupábamos, tanto en el foso como en las gradas, ofreciendo una singular visión todo el pabellón, puños arriba, saltando al compás de la "oración" que nos marcaba La Doncella.

            El siguiente credo que pregonaron "Can I Play With Madness" demostró, una vez más, que sin hacer casi nada nos tenían ganados de antemano como adictos a la religión que pregonaban. Seguidamente "The Trooper" nos inyectó una dosis extra de adrenalina consiguiendo la movilización masiva, camino de la cima de la montaña de la locura, con Dickinson izando, en esta ocasión, dos banderas británicas llenas de agujeros, que estaban en los extremos, clavando una en el centro y ondeando la segunda. A estas alturas, los saltos atléticos iniciales de Dickinson se habían apaciguado, no era la endemoniada fiera que escalaba torres y nunca se hartaba de hacer piruetas de su primera etapa, incluso algo más tranquilo que el pasado verano en Villarrobledo.

            Tras una pequeña relajación y con todo el escenario obscuro, comienzan las primeras notas de "Dance Of Death" (quizás el mejor tema de su último trabajo), con Bruce sentado en la parte superior izquierda, con capa negra y antifaz, cantando y recorriendo el escenario, mientras los instrumentos tenían su momento estelar, sucediéndose y fundiéndose unas notas con otras magistralmente, con los cambios de ritmo que aporta esta nueva inspiración divina de Maiden, para al final, en la parte inferior, con la capucha puesta y completamente disfrazado de La Muerte, comenzar a girar cada vez más rápido sobre sí mismo hasta caer agachado sobre el suelo.

            Una simulación de relámpagos precedió a la nueva descarga, "Rainmaker", una de las más melódicas de su último disco. La triada de hachas multiplicándose y la complicidad con el Padre de la religión, Harris, nos indicaba lo a gusto que se sentían encima del tablao, dando una mayor sensación de compenetración del grupo que en otras ocasiones.

            La siguiente llamada a filas "Brave New World" nos catapultó al frenesí colectivo, con todo el personal botando y coreando con entusiasmo, realmente estábamos en sintonía.

            Aunque el protagonismo entre guitarras se lo reparten, y cada uno a su manera, en los 100 minutos de concierto encuentra su momento, volví a encontrar a un Murray por encima de los otros dos, dominando en los solos con maestría en la 6 cuerdas. Una característica de Maiden es que cuanto más escuchas sus temas, más te gustan, al contrario que otros grupos más melódicos y fáciles de escuchar en un primer instante. Este hecho quedó claro en "Paschendale", un tema que en el disco no había logrado llamar mi atención, sin embargo en directo, clavaron una obra maestra. Como preludio, unos estallidos de bombas y metralletas; en el escenario, en la parte alta en ambos lados, unas barreras con soldados fallecidos entre alambres de espino y un telón de fondo desolador. Bruce caracterizado como soldado, casco incluido, cantando las letras bélicas del tema, un humo que invadía todo el escenario dándole mayor realidad a la interpretación, para terminar muriendo en las barreras entre los alambres de espino. Fue colosal, uno de los momentos más álgidos del concierto, donde Adrian Smith destacó, encontrando un hueco para su lucimiento personal.

            El protagonismo para Gers llegó con "Lord Of The Files", para mayor gloria de Blaze, del cual personalmente pienso que lo hizo bien, en los dos discos que estuvo, sobre todo en estudio. De su época me sigo quedando con "The Clansman".

            Llegó el turno de la llamada a convertirse en himno participativo del público, "No More Lies", fácil de corear y con cambios de ritmo que te enganchan, aunque percibí, una falta de "solera" y un acompañamiento medio entre la concurrencia, aún le falta para terminar de cuajar. Además, como prácticamente todo el concierto, el volumen de la voz era escaso, se perdía entre los instrumentos.

            Los empujones volvieron a incrementarse, los movimientos verticales de la gente de alrededor se aceleraba, el vaso que contenía la cordura comenzaba a desbordarse, consecuencia de la oración perfecta que es y será "Hallowed be Thy Name".

            Muy atrás habíamos dejado el fresquito anterior de la noche, (y casi habíamos olvidado el atraco con premeditación, nocturnidad y alevosía que habíamos sufrido en la barra: 8€ un mini formado por 2 latas de cerveza). La temperatura del templo se había elevado hasta provocarnos sudar de alegría interna.

            La grandeza de los Maiden quedó reflejada con "Fear Of The Dark", los británicos tienen la inigualable virtud de convertir cualquier tema en una genialidad, y éste con más motivos, nos engancharon de tal manera que hasta el último alma coreaba el estribillo y se dejaba medios pulmones a la par que saltaba en la parte más trepidante.

            La continuación en línea recta al éxtasis vino de la mano de "Iron Maiden", con despliegue de luces a lo grande, y un Eddie de más de seis metros apareciendo tras el telón con una manaza señalándonos y con la otra aferrando la guadaña, Gers rotándose sobre sí mismo la guitarra y lanzándola al aire en reiteradas ocasiones entre el delirio de los asistentes, que desgarrándose la garganta, coreaban cada una de las estrofas arrastrándonos más allá del límite de la cordura. Para vivirlo.

            Tras un breve descanso, llegó la hora del consabido bis. Tras presentarnos al grupo (Steve Harris el más ovacionado) comienzan (los tres guitarras sentados y Harris, de pie en el centro, con su bajo acústico) una versión acústica de "Journeyman". Druce dirigiendo a la audiencia en los coros, como si de un director de orquesta se tratara, obteniendo un efecto único con la interactuación del público.

            Una explosión de júbilo y un torrente de locura arrancaron los primeros acordes de "Number Of The Beast" con todo el respetable echando los restos, permaneciendo más tiempo en el aire de tanto salto, camino del caos que se aceleró con la salida de un Eddie de más de 3 metros con todo el personal rugiendo la cifra maldita "6,6,6". Realmente bestial, para sudar y gozar.

            Y… todo lo que empieza acaba, y como está siendo habitual en est tour, "Run To The Hills" puso el broche final a una noche única de Rock, intensa, llena de momentos inigualables que te hacen agradecer el tener un corazón, que lleva en su interior, el HEAVY METAL.

            En definitiva, pese a las limitaciones de sonido impuestas por la infraestructura de la plaza de Vistalegre, tuvimos la suerte de presenciar una de las mejores actuaciones que he visto a los Maiden (y van ¿11?), culminando una noche que rozó la perfección, dejando patente, sin paliativos, que son los más grandes entres los grandes, sencillamente son IRON MAIDEN. Asistimos a un concierto de una valía incalculable, una joya impagable, fue una de esas enormes excusas que te permiten gritar a pleno pulmón "¡Maiden, Maiden!" aunque sepas que te quedan 400 Km. de carretera, que esa noche vas a dormir 3 horas y que mañana te espera un muy largo día de trabajo.

Bravo-Ceutí

 

 

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